En los últimos años, los fenómenos meteorológicos extremos han puesto a prueba los límites de las infraestructuras energéticas en todo el mundo, llevando al límite las redes eléctricas. La urgente necesidad de hacer frente al cambio climático está impulsando diversas transformaciones, como la rápida adopción de vehículos eléctricos y un aumento significativo de la capacidad de las energías renovables. Según el último artículo escrito por International Energy Forum (IEF), estos cambios exigen un cambio fundamental en la infraestructura de las redes eléctricas para soportar un panorama energético muy distinto al actual.
El IEF explica que una red inteligente es un sistema avanzado de distribución de electricidad que incorpora tecnologías digitales de comunicación y detección para supervisar, controlar y optimizar el flujo de electricidad desde las centrales eléctricas hasta los consumidores. Las redes eléctricas se han diseñado tradicionalmente para facilitar un flujo unidireccional de energía desde la compañía eléctrica hasta el cliente. Sin embargo, con la creciente tendencia de los paneles solares domésticos y otros cambios, esta distinción es cada vez menos clara. Una red inteligente posibilita la comunicación bidireccional entre proveedores y consumidores de electricidad, lo que permite una gestión más eficiente de la oferta y la demanda de energía. También favorece la integración de fuentes de energía renovables y mejora la fiabilidad y resistencia de la red eléctrica. Las tecnologías de red inteligente incluyen infraestructuras avanzadas de medición, sistemas de respuesta a la demanda, almacenamiento de energía y estaciones de recarga de vehículos eléctricos.
El IEF explica que una red inteligente es un sistema avanzado de distribución de electricidad que incorpora tecnologías digitales de comunicación y detección para supervisar, controlar y optimizar el flujo de electricidad desde las centrales eléctricas hasta los consumidores. Las redes eléctricas se han diseñado tradicionalmente para facilitar un flujo unidireccional de energía desde la compañía eléctrica hasta el cliente. Sin embargo, con la creciente tendencia de los paneles solares domésticos y otros cambios, esta distinción es cada vez menos clara. Una red inteligente posibilita la comunicación bidireccional entre proveedores y consumidores de electricidad, lo que permite una gestión más eficiente de la oferta y la demanda de energía. También favorece la integración de fuentes de energía renovables y mejora la fiabilidad y resistencia de la red eléctrica. Las tecnologías de red inteligente incluyen infraestructuras avanzadas de medición, sistemas de respuesta a la demanda, almacenamiento de energía y estaciones de recarga de vehículos eléctricos.
Para mitigar los efectos del cambio climático, es urgente pasar de los combustibles fósiles a fuentes de energía más limpias y sostenibles. La digitalización de las redes energéticas es una parte esencial de esta transición, ya que puede ayudar a aumentar la eficiencia y la flexibilidad de los sistemas energéticos. La modernización de las redes energéticas mediante la digitalización puede aportar varias ventajas, como mejorar la estabilidad de la red, reducir el despilfarro de energía y permitir la integración de fuentes de energía renovables. Gracias a la supervisión en tiempo real y a los análisis avanzados, las empresas energéticas pueden detectar y resolver los problemas con mayor rapidez, reduciendo la probabilidad de apagones y otros fallos de la red. Además, las redes inteligentes son más resistentes a los fenómenos meteorológicos extremos porque están descentralizadas y son flexibles. En comparación con las redes de energía centralizadas tradicionales, las redes inteligentes pueden redirigir automáticamente la energía alrededor de las zonas dañadas y aprovechar los recursos energéticos distribuidos, como paneles solares y baterías, para mantener el suministro eléctrico durante las emergencias.
Para mitigar los efectos del cambio climático, es urgente pasar de los combustibles fósiles a fuentes de energía más limpias y sostenibles. La digitalización de las redes energéticas es una parte esencial de esta transición, ya que puede ayudar a aumentar la eficiencia y la flexibilidad de los sistemas energéticos. La modernización de las redes energéticas mediante la digitalización puede aportar varias ventajas, como mejorar la estabilidad de la red, reducir el despilfarro de energía y permitir la integración de fuentes de energía renovables. Gracias a la supervisión en tiempo real y a los análisis avanzados, las empresas energéticas pueden detectar y resolver los problemas con mayor rapidez, reduciendo la probabilidad de apagones y otros fallos de la red. Además, las redes inteligentes son más resistentes a los fenómenos meteorológicos extremos porque están descentralizadas y son flexibles. En comparación con las redes de energía centralizadas tradicionales, las redes inteligentes pueden redirigir automáticamente la energía alrededor de las zonas dañadas y aprovechar los recursos energéticos distribuidos, como paneles solares y baterías, para mantener el suministro eléctrico durante las emergencias.
En la transición hacia la modernización de las redes energéticas mediante la digitalización, cabe esperar que continúe el inmenso aumento del número de centrales de generación, dispositivos de almacenamiento y grandes consumidores adicionales en los niveles de tensión más bajos. Estos cambios están provocando cada vez más cuellos de botella de capacidad en las redes de distribución. Permitir un control descentralizado con unidades de control automatizadas en las estaciones de la red local podría ser la solución, sin embargo, requiere una comunicación en tiempo real y de alta velocidad entre el consumo local, las unidades de generación y las unidades de control. Aquí es donde la tecnología de banda ancha sobre líneas eléctricas (BPL) muestra todo su potencial. Gracias a su capacidad para permitir el flujo de datos en tiempo real con una conexión persistente a la línea eléctrica, una comunicación fiable con capacidades de computación periférica y la mejor seguridad energética y de red de su clase, las soluciones basadas en BPL pueden ayudar a afrontar los retos de la transición a la digitalización de la red.
El Foro Internacional de la Energía (IEF) es una organización internacional sin ánimo de lucro formada por 71 países miembros que busca promover una mayor concienciación y comprensión mutua de los intereses energéticos compartidos. Como signatario de la Carta del IEF, cada miembro se compromete a participar en el diálogo energético mundial facilitado por el Foro.
El IEF actúa como facilitador neutral de debates abiertos, informados y continuos en torno a las cuestiones energéticas a escala mundial. Reconociendo la interdependencia de sus países miembros en el ámbito energético, el IEF promueve la cooperación y una mayor comprensión de los intereses compartidos a través de su marco neutral. Con ello, el Foro pretende garantizar la seguridad energética mundial y fomentar el entendimiento mutuo entre sus países miembros.